No hay duda que estamos en una era de movimiento.
Las nuevas generaciones y avances digitales, la pandemia, y la propia evolución (¿involución?) del ser humano están haciendo realidad conductas chocantes para algunos, refrescantes para otros. Una dualidad que nos divide... ¿A favor del metaverso? ¿En contra de las criptomonedas? ¿Menos pantallas? ¿Más teletrabajo? Las posiciones abundan y apasionan, generan conflictos que crean innovación y bueno, a veces también un mal rato para algunos.
En esta vorágine, luego de desarrollar cientos de proyectos en Chile y en el extranjero, después de acompañar a decenas de personas en su formación profesional, y de tener el privilegio de desempeñarme en posiciones de liderazgo corporativo, me doy cuenta que he estado incorporado una nueva herramienta que me tiene absolutamente intrigado: Perspectiva.
Mi profesor de gestión del cambio del magíster que realicé hace unos años, le llamaba "balconear". Es decir, observar la situación desde lo alto de un balcón. En el contexto de nuestra vida reconocemos la "frecuencia" en la cual estamos sintonizados en este momento, lo que nos da la capacidad de entender con mayor profundidad lo que sucede y ponernos en los zapatos de los demás - especialmente enriquecedor en el caso de aquellos que percibimos como antagonistas.
Con esta reflexión, con esta nueva Perspectiva, brotó la inspiración y la energía para adaptar mi trabajo a los nuevos tiempos, buscando aumentar el alcance y aporte más allá de las fronteras tradicionales de la empresa.
Y es así como con muchísimo entusiasmo, convicción, y sobretodo agradeciendo a mi familia, amistades, ex-colegas, alumn@s y todos aquellos que me han aportado desinteresadas visiones y palabras de aliento, doy por inagurado este sitio que es el reflejo de esta nueva y emocionante etapa.
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